Los 30 años del compact disc en España

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A estas alturas, ya sabemos mucho sobre la fabricación de los CDS, el reciclaje, la grabación y muchos otros aspectos que podéis leer tranquilamente, haciendo un recorrido por el blog; pronto cumple 5 años y durante ese tiempo, hemos ido recopilando noticias y publicando artículos relacionados, especialmente, con la impresión de CDs y DVDs.

En octubre del 2014 se cumplieron 30 años desde la presentación del compact disc en España. Una fecha, que para muchos no es nada importante, pero para los que trabajamos en el sector, sí; por supuesto.

El grupo musical Azul y Negro

Este grupo, caracterizado por su estilo techno-pop y sus sonidos electrónicos,  fue quien  lanzó por primera vez un CD en España, Suspense, del que se hicieron 500 copias (hoy son piezas de coleccionista, como los de los grupos que le siguieron después); estaba firmado por Polygram, propiedad de Philips, quien, junto con Sony, tenía la patente del Compact Disc. Según manifestó en una entrevista de El Mundo García-Vaso, miembro del grupo, esa “casualidad” hizo posible que se pudiera lanzar el disco en formato CD; también confesó que no tenía reproductor para escucharlo y que le regalaron uno a propósito.

¿Quiénes le siguieron?

Este aniversario del primer trabajo publicado en formato digital en nuestro país nos permite mirar atrás y ver con perspectiva la historia tecnológica de la industria. Dos años antes había sido su lanzamiento a nivel mundial, tras su presentación en la feria CES de Las Vegas. Fue Billy Joel quien lanzaba su álbum “52nd Street” en 1982, siendo entonces el primer título del mercado con este formato y su sexto álbum.

Sin embargo, “Thevisitors” de ABBA también se lanzó en el formato CD, y, tres años más tarde, DireStraits publicó “Brothers in arms”, entonces el primer álbum grabado totalmente de forma digital (David Bowie fue el primer artista en tener todo sus discos en formato CD).

Un poco de historia

El formato Compact Disc llegó al mercado en octubre de 1982 por las compañías Sony y Phillips. Esto fue, por así decirlo, una revolución digital. En Japón se lanzó a la venta el que era el primer reproductor comercial de discos compactos, el CDP-101; tenía un peso superior a los 7 kg, costaba aproximadamente unos 1.600 € y fue cortejado por 50 títulos en CD de música.

Era la época en que se usaban las cassettes y los LP’s; el lanzamiento del CD fue suficiente para enterrar el vinilo o dejarlo en manos de los nostálgicos. A partir de ahí, su fama creció muchísimo y empezó a utilizarse, no solo en el mundo de la música, sino también en la industria del cine. El CD llegó a la informática con la publicación del Yellow Book, el disco estándar que precisó los detalles técnicos de estos CD para grabar datos;  también para sus sucesores, los CD-ROM grabables.

Tuvo un éxito enorme y fue el rey absoluto como soporte musical en los años 90, pero ahora, después de 32 años, 30 en España, el compact disc cede terreno a otros formatos con mejores prestaciones. No obstante, al menos el CD, que aún sigue siendo la referencia en el mundo musical, nos proporciona un alivio: que aún podremos seguir almacenando nuestros “viejos” CD durante varias décadas, gracias a su durabilidad, pues sabemos que seguirán ofreciendo un sonido inalterable.